domingo, 25 de junio de 2017

Si lucharas por un mundo mejor

“Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti”.
Friedrich Nietzsche

La primera impresión que nos trasmite el lienzo es un gran número de personas moviéndose de manera violenta en un mínimo espacio. Con un cuidado cromatismo, contrastan los cuerpos gruesos, carnosos y sensuales con los que Pedro Pablo Rubens siempre caracterizó a la mujer. “Los desastres de la guerra”, pintado hacia 1637, parece ser una alegoría sobre los horrores que desata una guerra y simboliza la lucha interior entre fuerzas opuestas, sean de índole biológicas o morales. No es un cuadro de contenido religioso, sino que representó a través de la carnalidad el intentar detener a Marte, Dios de la guerra, del drama que representa la lucha, destrucción y posterior convivencia con el horror que se genera cuando entre iguales guerrean y solo vence la pestilencia y la hambruna. La carnalidad no ha logrado vencer, y la carnalidad suele convertirse en el despojo invisible con que los guerreros rematan su asquerosa faena.

lunes, 19 de junio de 2017

Mi parte insegura

“No existe nada bueno ni malo; es el pensamiento humano el que lo hace aparecer así”.
William Shakespeare

En algunos temas, la modernidad y soltura que transitan los jóvenes parece ser, pura apariencia. A pesar de estar rodeados de todo tipo de información, y disponer con un solo clic de contacto en el navegador de la búsqueda deseada, prima el desconocimiento porque hay asuntos que siguen siendo tabú, hoy y trescientos años atrás. Sólo a través de wasap circulan infinidad de videos con contenido sexual, que caen en manos de adolescentes y niños que, a pesar de observarlos un sinfín de oportunidades y hacerlos circular entre sus íntimos entre comentarios y risas, en el fondo siguen desconociendo la practica original que da vida a todo nuestro engranaje.

lunes, 12 de junio de 2017

Gente germinando esperando el sol


“Pocos ven lo que somos. Pero todos ven lo que aparentamos”
Nicolás Maquiavelo

En los años veinte del pasado siglo, José Ortega y Gasset manifestó en sus diversas charlas, conferencias, estudios o críticas, el papel preponderante que debía alcanzar la juventud para lograr el cambio, a mejor, de las sociedades. El protagonista del cambio, dejarían de ser las clases sociales, en detrimento de las nuevas generaciones, en clara confrontación con Carl Marx, quien sostenía que el motor eran las clases sociales. A cien años de la confrontación, nos debemos preguntar: ¿dónde hay un motor de cambio? ¿En las clases sociales o en las nuevas generaciones? Y la pregunta que quizás no nos hacemos, sería: ¿Por qué no logramos cambiar y dejamos de teorizar sobre si la juventud puede cambiar algo o ni lo intenta, escudándose en el fracaso de sus generaciones anteriores?

domingo, 4 de junio de 2017

Casi sin querer estamos en camino entre los espejismos

“Me gusta tanto que no me gusta que le guste a otras personas. Es un amor, así, celoso.”
Jorge Luis Borges

Las lenguas cambian, y el proceso puede ser tan lento como apresurado. Casi que aprendemos a hablar sin darnos cuenta, nuestro entorno familiar inmediato focaliza su atención en discernir si nuestra primera palabra es una palabra, o si continuamos nuestros balbuceos de bebés. Así nace el proceso comunicacional con el lenguaje. Nos cuesta hablar, pero apoyados en la imitación, vamos hilvanando palabras sueltas que pueden obtener un significado. En este arte, quizás reside uno de los encantos del desarrollo e interacción de un bebé. Pero cuando de jóvenes o adultos retornamos al balbuceo y a la economía de palabras como tendencia de moda promovida por las redes sociales, no parece encantador. Al menos para los que peinamos canas, la ortografía es materia de filólogos o bien hablados. La tónica es la reducción, para hacer más simple la comunicación y más popular. ¡Vamos a discutirlo!